sábado, 12 de octubre de 2013

Querida abuela:
Te extrañamos mucho aquí abajo, tu ausencia nos deja a todos pasmados al pensarte, hundidos en nuestros pensamientos. Nadie valoró tu presencia lo suficiente y ahora todos quisieran haberte demostrado un poco más. Ya sabes, todos hablan sobre los abrazos y besos que no fueron, pero yo pienso que todo lo que te demostré fue lo que al momento sentí.
Aún hay días en los que lloro y grito, le reclamo al cielo por llevarte, siento que es injusto, porque yo creo que te faltaban muchas cosas por vivir. Hay días en los que mi único consuelo es pensar que tú me ves llorar, siento como si me abrazaras de nuevo, no me siento tan sola.
No sé cuánto tiempo falte para reencontrarnos, para que me abraces y para que no me dejes ir esta vez. Hasta ese momento, quiero recordarte que siempre te amaré.

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