Únicamente tengo que concéntrame en caminar. No miro hacia atrás, porque lo veré observándome y tendré ganas de aventarme contra sus brazos. No miro a los lados, me distraeré. No miro los recuerdos de aquellas cosas que pudieron haber sido y que, sin embargo, no son. No miro nada, miro al cielo. Miro al frente. En algún lugar alguien me está esperando. Solamente tengo que esperar, y no dejar de caminar.
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